Teología de la Historia
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Las Alabanzas de Santa Hildegarda
a Nuestra Señora
Los Coros de los Bienaventurados, de Scivias de Hildegarda de Bingen (c. 1185)
Nuestra Señora se sienta entronizada sobre los coros de Ángeles. En el siguiente nivel de la visión de la Santa sobre la Iglesia Triunfante, la Virgen reina con majestuosa luz sobre los Apóstoles, Patriarcas y Profetas, Vírgenes, Confesores y Mártires.
Claramente Santa Hildegarda vio a Nuestra Señora como Reina del Universo, desempeñando un papel poderoso en la santificación de los hombres. Ella es el vínculo entre lo Creado y lo Increado, por encima de los Ángeles y mediadora entre Dios y el hombre. Consideraba a la Virgen como el puente entre el Cielo y la tierra.
El papel de Nuestra Señora en la salvación es claro para Santa Hildegarda: “Porque una mujer instituyó la muerte; la luminosa Virgen la ha abolido”, escribió en su Antífona 7.
Himnos a Nuestra Señora
Las llamas simbolizan las luces del Espíritu Santo inspirando las palabras de la Santa (c. 1185)
En el primer himno abajo, Santa Hildegarda se refiere a Nuestra Señora como “rama y mediadora” en un himno que incluye mediadora en el mismo título. Si hace clic en el enlace del título, podrá escuchar la música y encontrar la partitura.
¡Aleluya! Oh Rama Mediadora
Verso de Aleluya para la Virgen (R 473vb)
Alleluja! O virga mediatrix, sancta viscera tua mortem superaverunt et venter tuus omnes creaturas, illuminavit in pulchro flore de suavissima integritate clausi pudoris tui orto.
¡Aleluya! Oh rama y mediadora,
Tu sagrada carne ha vencido la muerte,
Tu vientre iluminó a todas las criaturas en el florecer de la belleza
Surgida de esa exquisita pureza de tu pudor encerrado.
Oh Gemma Esplendidísima
Antífona del Salmo para la Virgen (R 466vb)
En este segundo himno ella reconoce implícitamente el papel de Nuestra Señora como Mediadora diciendo que ella es la materia “por la cual el Verbo exhala todas las virtudes.”
O splendidissima gemma et serenum decus soliqui tibi infusus est,
fons saliens de corde Patris, quod est unicum Verbum suum,
per quod creavit mundi primam materiam, quam Eva turbavit.
Hoc Verbum effabricavit tibi Pater hominem et ob hoc es tu
illa lucida materia per quam hoc ipsum Verbum exspiravit omnes virtutes,
ut eduxit in prima materia omnes creaturas.
Oh gemma esplendidísima, esta suave luz como el sol que te atraviesa,
Es como una fuente que brota del corazón del Padre, pues este es Su único Verbo, y a partir de Él
La materia primera del mundo fue creada, la cual Eva perturbó.
Así el Verbo fue plasmado por el Padre en forma humana,
Y por ello tú eres aquella materia luminosa por la cual el Verbo exhala todas las virtudes, sacando a todas las criaturas de la materia primera.
Ave María, Oh Autora de la Vida
Responsorio para la Virgen (D 153r-v, R 467v)
En el tercer himno ella es llamada la “autora de la vida.” Al llevar en su seno al Hijo de Dios, aplastó la cabeza de la serpiente, desempeñando así el papel que Dios quiso darle en la redención del hombre.
Santa Hildegarda honra el papel de Nuestra Señora en la redención
Que mortem conturbasti et serpentem contrivisti,
Ad quem se Eva erexit erecta cervice cum sufflatu superbie.
Hunc conculcasti dum de celo Filium Dei genuisti,
R. Quem inspiravit Spiritus Dei.
V. O dulcissima atque amantissima mater, salve,
que natum tuum de celo missum mundo edidisti:
R. quem inspiravit Spiritus Dei.
Gloria Patri et Filio et Spiritui sancto.
R. quem inspiravit Spiritus Dei.
R. Ave María, Oh autora de la vida, que reconstruyes la salud de la salvación,
Porque tú has perturbado la muerte,
Y aplastado a la serpiente hacia la cual Eva se alzó
Con su cuello erguido y su soplo de soberbia.
Esa cabeza de serpiente tú la moliste cuando al Hijo de Dios del Cielo diste a luz,
R. Sobre quien ha soplado el Espíritu de Dios.
V. ¡Oh dulcísima y amantísima madre, salve!
A tu Hijo enviado del Cielo diste al mundo:
R. Sobre quien ha soplado el Espíritu de Dios.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Sobre Él ha soplado el Espíritu de Dios.
Oh Clarísima Madre
Responsorio para la Virgen (R 467vb-468ra)
El último himno la saluda como la “Madre de una medicina santa” que derrama sus ungüentos a través de su Hijo sobre la humanidad caída.
La Virgen y el Niño Jesús, monasterio de Cluny
tu unguenta per sanctum Filium tuum infudisti
in plangentia vulnera mortis,
que Eva edificavit in tormenta animarum.
Tu destruxisti mortem, edificando vitam.
R. Ora pro nobis ad tuum natum, stella maris, Maria.
V. O vivificum instrumentum et letum ornamentum et dulcedo omnium deliciarum, que in te non deficient.
Oh clarísima y radiante, madre de una medicina santa,
Tus ungüentos por medio de tu santo Hijo has derramado
Sobre las lamentables heridas de la muerte,
Que Eva construyó como cámaras de tormento para el alma.
Esta muerte tú la has destruido edificando la vida.
R. Ruega por nosotros a tu Hijo, oh estrella del mar, María.
V. Oh instrumento de vida y alegre adorno, y dulzura de todas las delicias, que en ti no faltarán.
Muchos más himnos similares pueden encontrarse en la International Society of Hildegard von Bingen Studies. El latín de estos himnos fue recopilado de la transcripción de Beverly Lomer y la edición de Barbara Newman; traducidos por Nathaniel M. Campbell.
Publicado el 11 de diciembre de 2025
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